Va.
Para ir calentando motores y en pos del asalto a las buenas conciencias, veamos, en el artículo el García-Alix se avienta una línea que podría ser provocadora: ¿qué tanto es cierto lo que dice?
Dice: "el selfie no es un autorretrato...".
¿Comentarios?
Es un ejercicio modesto de intervención o análisis, como uds. lo quieran poner o tomar en cuenta.
Regla: cada comentario debe llevar un nick-seudónimo, nombre propio o iniciales que les identifiquen para tomar en cuenta su participación.
Saludos. Nos veremos en clase el jueves.
http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-08-01/garcia-alix-el-selfie-no-es-un-autorretrato_170907/
Nota al margen, resumen de clase: presentamos la carta descriptiva.
Acordamos criterios de evaluación.
Comentamos sobre una imagen de Pete Souza de la Casa Blanca donde vimos el estupor y asombro de sus participantes y le abrimos línea a lo creíble o increíble en una imagen.
¿Qué tan cierto es eso de que las imágenes no mienten?
Por Luis Alberto Corral García.
ResponderBorrarEl selfie no es un autorretrato…
Atendiendo al artículo, existen ideas que me resultan un tanto atrevidas. Esto se advierte al momento de que García-Alix considera el autorretrato en un primer momento como “búsqueda consciente de mi mismo a través de la cámara”. Sin embargo, en la imagen fotográfica se busca en primera instancia lo que queremos ver y en segunda, lo que me puede revelar la imagen. La idea me remite a Roland Barthes en La cámara lúcida, donde expresa que la persona autografiada deja de ser tal para convertirse en un objeto, puesto que posa de acuerdo a los propósitos del fotógrafo. En tal caso, si pensamos en un autorretrato, se podría deducir, atendiendo a este punto, que buscamos destacar como primera instancia cómo queremos ser vistos y como segunda instancia lo que ven los demás, esto es, lo que la imagen les revela. Dejamos de ser tal para convertirnos en la idea que queremos transmitir, somos objetos. De igual manera que el actor se convierte en otro personaje.
Ahora bien, se puede apreciar que la «búsqueda consciente» es anterior al acto de captar la imagen, Sin embargo no busco mi ser antes, sino después. En primera instancia un autorretrato es plasmar: “Este soy yo”, en un segundo plano ya en la imagen es preguntar directamente al objeto, pero… ¿Quién soy yo? De manera que la búsqueda es partiendo de la imagen dada.
El selfie, esa autofoto que generalmente es captada para representar y memorar la persona en consonancia con algún momento importante, que surge de la necesidad de evitar la fugacidad de la presencia (cualquiera que esta sea, queda claro), pero que a la vez necesita la presencia de dicha persona, puede analizarse teniendo en cuenta lo anterior. Sin embargo, las líneas de García-Alix: “Es un ejercicio hecho con un móvil, sin intencionalidad”, llevará ahora a ver la imagen del lado de la fenomenología. Según ella se tendrían que quitar los prejuicios para analizar la conciencia y entonces visto desde esta perspectiva nos estaríamos metiendo en un broncononón; pues la conciencia nos dice Husserl, padre de la fenomenología, “siempre es conciencia de algo” y por tanto hay una referencia al mundo, una Intencionalidad.
De manera que entonces quedará por responder: ¿Qué es un autorretrato?, ¿hay algún tipo de conciencia?, ¿existe una intencionalidad? Si la idea es que el autorretrato habla de uno mismo, ¿qué ejercicio debo hacer para que la imagen realmente hable de mí, me revele, sin que yo ponga en ella lo que quiero escuchar?
Las imágenes no mienten...
En todo caso siguiendo la misma línea temática anterior, no nos mienten porque nos dicen lo que queremos escuchar. De tal manera que entonces, la cuestión de la percepción de la que se hablaba en la clase "La imagen muestra unas cosas y esconde otras" puedo pensar que lo mostrado son los datos anteriores que damos a la imagen, de ahí la necesidad de indagar sobre lo oculto en ella.
Saludos.
¿El selfie no puede ser autorretrato?
ResponderBorrarLa RAE dice que un autoretrato es: 1. m. Retrato de una persona hecho por ella misma.
Esto me recordó a discusión una que se suscito hace algún tiempo, cuando el Chicago Sun-Times despidió a su plantilla de fotógrafos y a todos sus reporteros los dotó no de una cámara, sino de un iphone. Para este acto se argumento que la decisión no solo se era en pos de recortar gastos, sino que en términos puramente prácticos era más cómodo trabajar con la inmediatez que proporcionan los teléfonos inteligentes, que básicamente cumplían la misma función, proporcionar imágenes para ilustrar sus notas, solo que bajo condiciones distintas. Por supuesto que no apruebo una decisión como esa, que es una discusión aún acalorada y que requiere de otro espacio, pero a lo que voy es que un “selfie” tomado con un teléfono por una adolescente, que va a parar al muro de facebook o a instagram, al igual que un “autorretrato” de Garcia-Alix, es una imagen que intenta hablar o construir a una persona, solo que bajo condiciones distintas, no solo del medio de captura, sino también en la plataforma de difusión, y por qué no, apoyado en la sacralidad del arte y del museo.
Saludos
por Valeria Artemis Green.
ResponderBorrarMencionaré que considero contradictorio a García-Alix al decir lo que él considera al autorretrato desde un primer momento como “una búsqueda consciente de mi mismo a través de la cámara” y momentos después, niega el selfie como uno, debido a “ser un ejercicio hecho con un móvil, sin intencionalidad”, pues por muy básicas que sean esos móviles que el desecha, siguen conteniendo una cámara, de igual forma que contienen ese juego de la intencionalidad donde se maneja lo que queremos ver en la imagen y lo que está nos muestra en verdad.
Esto puede observarse en las diferentes plataformas donde el selfie intenta hablar. Pues se llega a pensar en cierta posa, cierta expresión y un determinado lugar para que el selfie sea tomado, todo esto teniendo en cuenta la subjetividad de la persona al querer ver algo en la imagen que va a postear (tomando en cuenta más el inconsciente colectivo, que el verdadero analisis de porqué quiere mostrarse de esa forma, al final de cuentas no deja de ser una intención) y justo es en las redes donde se completa el circulo, debido a qué el número de likes o comentarios determinan lo que verdaderamente revela la imagen. Por ello es que, podría aventurarme a comentar que el selfie, e inclusive el autorretrato tiene una introspección y una búsqueda consiente desde antes de ser tomada y también después de ello, porque suele pasar que uno se enfrenta a la realidad que la imagen descubre.
Como ultimo concuerdo con Alonso, son condiciones distintas y no por ellos desechables.
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ResponderBorrarpor Cuen
ResponderBorraryo diría que es cuestión de semántica, por definición ciertamente una "selfie" es un retrato accionado por el mismo (auto-retrato) pero entendiéndolo desde una perspectiva conceptual, artística, estética, diría que entonces solo es cuestión de cantidad, al final por más máscara que pueda ser una "selfie", la variedad de máscaras, nos puede decir todo sobre alguien
http://www.revistacontratiempo.com.ar/kracauer_ornamento_masa.htm
no sé pero creo que esto algo tiene que ver...
por Cali Chan
ResponderBorrarCreo que Alix no nos aclara por qué un selfie no puede ser un autorretrato, solo dice que no lo es porque no tiene la misma intencionalidad, porque “Es un ejercicio hecho con un móvil, sin intencionalidad. El autorretrato necesita más chicha”. Pero rascándole a la web seguro encontraremos innumerables selfies que cumplen con la intencionalidad que Alix quiere: “una búsqueda consciente de sí mismo a través de la cámara, una imagen qué le diga quién es”, para esto, lo de menos es el recurso con el que se hizo el selfie, (si es una canón que vocifera pendida del cuello de su dueño que éste es un fotógrafo, o si es un simple nokia). En cierto modo cualquier selfie ya nos habla de la persona que se lo hizo, “consciente o no” por qué en el baño, por qué detrás de la torre eiffel, por qué en aquella fiesta donde todos se aburrían, excepto cuando hicieron la foto.
Lo que García Alix pide es lo que se le pide a toda obra de arte, que se diferencie un selfie de un autorretrato por su intencionalidad, pero cuál es ésta si -como sugiere el autor del artículo con la frase : “Un hombre con tantos autorretratos como clichés”- es él mismo el que de tanta “búsqueda consciente por sí mismo” se ha hecho selfie, simulacro no denunciado como tal sino como un “acto consciente”, probablemente fue más irracional e inconsciente esa búsqueda de Alix por encontrarse en una España visceral y viscosa de los 80´s, lo que resulta ser lo más atractivo de sus fotografías.
Lo triste de sus autorretratos no son los de aquellos años donde imprimió sus mejores fotografías, que a mi juicio siguen siéndolo y quizá son genuinas porque no hay una “búsqueda consciente por encontrarse a él mismo”, hoy confiesa tener miedo de repetirse, sabe que eso sería un truco, un acto consciente, un selfie, un simulacro. En aquellas fotos era él en la España liberada, de la movida valenciana y el clubbing (nada que ver con la España de Solana),
Lo verdaderamente penoso es si hoy es necesario proponer una fotografía como un acto consciente, es decir en cierto modo como espectáculo, como algo que pueda entrar al circuito del arte, justificarse y que sea “políticamente correcto”, que claramente no sea un selfie sino una obra de arte, una espontaneidad que Alix tuvo en los 80´s y 90´s y que ahora debe recrear, siempre a riesgo de repetirse.
El selfie tiene algo de show, de simulacro, pero quizá también de espontaneidad.